Y llega un día en que un pequeño monstruito se cuela en tu vida. Y no sabes como pero rápidamente llega a ser un gran amigo. Lo saludas desde la cama y colocas galletitas que el, al alargar el brazo desde el fondo de ese inmenso hueco que hay bajo tu cama se las come sonriendo.
Y lo quieres, y esta triste y intentas hacerle sonreír. Intentas decirle lo mucho que te a ayudado, lo que te diviertes con el. Le prometes que saldréis juntos a buscar a vuestra media naranja o mandarina o manzana.
Y al final ese monstruito sonreirá : )
pajarito! ^^ No te preocupes... ya se me pasará
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